¿Sí o No?
Durante el embarazo la nutrición de la madre es uno de los factores externos más determinantes en la salud materno fetal.
La nutrición deficiente en micro-nutrientes está relacionada con pre-eclampsia, partos prematuros, crecimiento intrauterino retardado (CIR), bajo peso al nacer (BPN) y malformaciones congénitas.
Durante el embarazo las necesidades se ven aumentadas, a continuación una tabla que nos muestra el incremento en cada una de ellas.
Incremento de las ingestas recomendadas durante el embarazo (Ortega RM, Navia B, López-Sobaler AM, Aparicio A. Ingestas diarias recomendadas de energía y nutrientes para la población española. Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense. Madrid, 2014).
Iodo
El iodo es necesario en la síntesis de hormonas tiroideas, para el correcto desarrollo cerebral y mental, así como en la maduración ósea, pulmonar y cardiaca a lo largo de la vida fetal y neonatal. El feto depende del suministro de hormonas tiroideas maternas, siendo la etapa más crítica del desarrollo cerebral las primeras 10-12 semanas. Las necesidades de la madre gestante se ven aumentadas y su deficiencia se ha relacionado con abortos espontáneos, mortalidad perinatal, anomalías congénitas, CIR, cretinismo, sordomudez, estrabismo y alteraciones en el desarrollo cerebral y neurológico fetal y neonatal, siendo irreversible desde el nacimiento.
¿Es necesario el uso de suplementos iodados durante el embarazo?
En aquellas mujeres que no alcanzan las cantidades diarias recomendadas (ioduro potásico 200 μg/día), esta ración la pueden cubrir con (3 raciones de leche y derivados lácteos + 2 g de sal iodada).
Hierro
La deficiencia de hierro durante la gestación se ha relacionado con prematuridad, BPN, menor desarrollo físico y neurológico de los recién nacidos, enfermedades infecciosas y aumento de la mortalidad perinatal. Por otra parte, su exceso (Hb> 13,5 g/L) se ha relacionado con hiperviscosidad sanguínea, disminución de la perfusión placentaria, CIR, parto prematuro, alteraciones neurológicas y esqueléticas fetales y preeclampsia . Concluyendo, tanto la deficiencia como el exceso tienen efectos negativos en el resultado del embarazo
¿Debo suplementarme con hierro si estoy embarazada?
Están ampliamente demostrados los efectos beneficiosos de la suplementación en madres gestantes con anemia ferropénica; sin embargo, existe un aumento del riesgo materno-fetal al suplementar a gestantes no anémicas por ello te recomendamos acudir a tu médico y no auto suplementarte si no es necesario así evitaras correr riesgos.
Calcio
Su deficiencia se ha asociado con prematuridad, BPN, mineralización ósea deficiente y preeclamsia. La administración de suplementos de calcio (≥ 1 g/día) se asocia con una reducción del riesgo de preclamsia casi a la mitad, en particular en madres con ingestas bajas, pudiendo ayudar a prevenir el parto prematuro
Teniendo en cuenta que su absorción está aumentada hasta un 40% en gestación, no se recomienda su suplementación en madres con ingestas adecuadas (3 lácteos/día), exceptuando algunos caso como son adolescentes y aquellas con alto riesgo de preeclampsia.
La dosis recomendada por la OMS es de 1,5-2 g/día (dividida en tres dosis) desde la semana 20 hasta el final de la gestación.
Ácido Fólico
Su deficiencia durante el desarrollo embrionario se ha relacionado con defectos del tubo neural (DTN), labio leporino, cardiopatía congénita, abortos espontáneos y niveles elevados de homocisteína, pudiendo ser la causa de efectos teratogénicos, aborto espontáneo, desprendimiento prematuro de placenta y preeclampsia.
Dado que el tubo neural se cierra antes del día 28 de la gestación, cuando a veces aún no se ha detectado el embarazo, la administración de suplementos de ácido fólico después del primer mes de gestación no servirá para prevenir DTN; por ello, las pautas deben dirigirse a todas las mujeres en edad fértil.
¿Cuál es la dosis correcta?
Se recomienda la suplementación diaria con AF a toda madre gestante en dosis de 400 μg/día y de 5 mg/día en pacientes de riesgo (hijo anterior nacido con espina bífida, historia familiar con DTN, madres diabéticas, tratamiento con anticonvulsivantes.
Debe comenzar al menos 1 mes antes de la concepción y durante las primeras 12 semanas de gestación, y prolongarla durante todo el embarazo en situaciones de gemelaridad, enfermedades crónicas, vómitos de repetición o malabsorción . Independientemente de las pautas de suplementación, se aconseja a todas las embarazadas la ingesta de alimentos que aporten AF (vegetales de hoja verde, legumbres, frutas…)
Piridoxina vitamina B6
Su suplementación puede ser útil para reducir náuseas, preeclampsia, obtener mayores pesos y puntuaciones de Apgar en el recién nacido y proteger contra las caries dentales y ciertas malformaciones congénitas, siendo la dosis máxima 100 mg/día.
Vitamina C
Niveles séricos deficitarios se han relacionado con preeclampsia, parto prematuro, CIR, mayor riesgo de infecciones y anemia materna,las necesidades de vitamina C están aumentadas hasta 80 mg/día (Fig. 1) durante la segunda mitad del embarazo.
Vitamina A
La deficiencia en vitamina A durante el embarazo está relacionada con xeroftalmia, parto prematuro, CIR, BPN y desprendimiento prematuro de placenta.No está recomendada su suplementación durante el embarazo, excepto en madres gestantes con valores séricos deficitarios; en estos casos, administrar dosis < 5.000 UI/día
Vitamina D
La deficiencia en vitamina D está relacionada con CIR, raquitismo, preeclampsia, diabetes gestacional y parto prematuro. Dado que la vitamina D puede ser tóxica para la madre y el feto, no está recomendada su suplementación excepto en gestantes con baja exposición solar o con hipoparatiroidismo.
Vitamina E
Su déficit se ha asociado con CIR, rotura prematura de membranas y preeclampsia. En recién nacidos prematuros se ha relacionado con displasia broncopulmonar, hemorragia intraventricular, leucomalaciaperiventricular, retinopatía y enterocolitis necrotizante .
Actualmente no hay suficiente información para evaluar los posibles beneficios o efectos perjudiciales de su suplementación en embarazo.
Conclusiones
Es bien conocido por todos que la afirmación de que «la mujer embarazada ha de comer por dos» casi nunca es cierta.
Lo cierto es que la mujer embarazada y la lactante deben seguir recomendaciones dietéticas, referentes tanto a la cantidad como a la calidad de los alimentos que debe ingerir. El mantenimiento de una alimentación y suplementación correcta durante el embarazo y la lactancia son esenciales para conseguir una salud óptima del futuro hijo y la propia madre, así como para mejorar algunos de los trastornos frecuentes durante el embarazo.
Debido a que se ven aumentados los requerimientos en esta etapa, es importante acudir con profesionales de salud para así poder tener una dieta balanceada y de ser necesario suplementarse de forma adecuada sin correr ningún riesgo.
Redactado por:
Lic.Nut.Leticia Correa Alcocer