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Los ácidos grasos omega; se encuentran principalmente en los aceites; se distinguen  2 tipos de aceites según su origen: los obtenidos a partir de semillas y/o frutos de origen terrestre y los obtenidos a partir de vegetales (algas) y animales (peces, crustáceos, moluscos y mamíferos) de origen marino.

Los ácidos grasos que componen los aceites en general son ácidos grasos saturados e insaturados. Los insaturados a su vez pueden ser mono insaturados o poliiinsaturados. Desde el punto de vista nutricional los poliinsaturados se clasifican en las llamadas familias y las tres familias más importantes son los omegas 9, omega 6 y omega 3.

omega 3

Desde el punto de vista nutricional es muy importante identificar la familia a la que pertenece un ácido graso, debido a que los ácidos grasos omega 9 pueden ser formados por nuestro cuerpo, pero los ácidos grasos omega-6 y omega 3  son esenciales; lo que quiere decir que los  debemos de consumir de fuentes de alimentos debido a que nuestro cuerpo no es capaz de formarlos.

Es necesario diferenciar entre los ácidos grasos omega-3 de origen vegetal terrestre y los de origen marino, ya que los primeros solo tienen como principal componente principal al ALN (ácido alfa linoleico), en cambio los de origen marino se caracterizan por su alto contenido de EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico).

El aceite de pescado

Es una fuente dietética de ácidos grasos omega-3, sustancias que el cuerpo necesita para muchas funciones, desde la actividad muscular hasta el crecimiento celular.

El primer estudio que dio relevancia al consumo de los ácidos grasos omega 3 data de los años cincuenta en nativos de Alaska. En 1976 estudios reportaron  que en estos mismos nativos, su dieta tradicional alta en ácidos grasos omega-3 se relacionaba con una menor incidencia de enfermedades del corazón.

A partir de este y otros hallazgos importantes investigadores realizaron estudios probando el efecto de la suplementación con omega 3 en largos periodos de tiempo, y con las evidencias obtenidas se destacó la importancia de consumir estos ácidos grasos y su relevancia para prevenir enfermedades en diferentes poblaciones alrededor del mundo.

BENEFICIOS OMEGA 3 

Los beneficios de salud y nutricionales derivados del consumo de ácidos grasos omega 3 de origen marino están sólidamente demostrados en la literatura científica y su consumo es fuertemente recomendado por las autoridades de salud y nutrición en el mundo (OMS, OPS, FAO).

El beneficio del consumo de EPA se asocia principalmente  con la protección de la salud cardiovascular, su consumo diario disminuye los triglicéridos y el colesterol sanguíneo; ambos determinantes importantes de riesgo cardiovascular. El EPA además; baja la presión sanguínea y tiene efectos que evitan la formación de coágulos y anti inflamatorios.

omega 3 perlas

El consumo de DHA

Es fundamental para la formación y función del sistema visual y nervioso de los humanos; ya que permite el trabajo neuronal, particularmente las funciones de aprendizaje y memorización. Con lo cual el DHA está muy vinculado al desarrollo de la inteligencia de las personas.

Se ha demostrado que el consumo de DHA en etapa perinatal (de la semana 28 de gestación al séptimo día de vida fuera del útero materno); produce una serie de beneficios a ambos. Puede disminuir la incidencia de depresión post-parto en la madre y la diabetes gestacional; además de aumentar el cociente intelectual de los niños.

El DHA protege las neuronas cerebrales; previniendo su muerte prematura y el desarrollo de trastornos del comportamiento y de enfermedades altamente invalidantes.

Debido a la contundencia del efecto protector en enfermedades cardiovasculares importantes asociaciones como la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos); AHA (Asociación Americana del Corazón); e ISSFAL (Sociedad Internacional para el Estudio de los Ácidos Grasos y Lípidos) en Estados unidos han emitido recomendaciones para su uso.

Para la prevención de enfermedades cardiacas consumir 3 raciones de pescado a la semana (300 – 500 mg al día). Para pacientes con alguna enfermedad cardiaca consumir 1000 mg por día. No obstante, también la recomendación es no exceder los 3000 mg por día.

Equipo Colesterol y Diabetes