La variabilidad de la respuesta de la glucosa al ejercicio contribuye a la dificultad para dar directrices precisas para hacer ejercicio con seguridad. La monitorización frecuente de la glucosa antes, durante y después del ejercicio ayuda a los individuos a identificar su respuesta a las actividades físicas.
Para cubrir sus necesidades individuales, las personas deben modificar las directrices generales para reducir las dosis de insulina antes (o después) o ingerir hidratos de carbono después (o antes) del ejercicio. De forma similar a la población sin diabetes, también es importante que los individuos con diabetes estén hidratados cuando realicen actividades físicas.
Hipoglicemia
Se debe de tomar precauciones durante el ejercicio ya que el presentar niveles bajos de glucosa en sangre es un problema potencial asociado al ejercicio en personas en tratamiento con insulina o fármacos para el control de la diabetes. La hipoglucemia puede aparecer:
- Durante el ejercicio
- Inmediatamente después
- Horas después del ejercicio
Sin embargo, se ha comunicado que la hipoglucemia es más frecuente después del ejercicio –especialmente si es de larga duración, una actividad o un juego extenuante, o un ejercicio esporádico– que durante el mismo. Esto se debe al aumento de sensibilidad a la insulina debido al ejercicio y a la necesidad de reponer el glucógeno hepático y muscular, lo que puede requerir hasta 24-30 h.
Glucosa previa al entrenamiento
Los valores de glucosa antes del ejercicio reflejan solo el valor en ese momento, y se desconoce si este es un valor estable de la glucosa o que está cayendo. Si el valor de glucemia está disminuyendo antes del ejercicio, su realización puede contribuir a la hipoglucemia. Además, la hipoglucemia el día previo al ejercicio también puede aumentar el riesgo el día que se efectúa la actividad.
Hiperglucemia
Dentro de las precauciones durante el entrenamiento debemos considetar el aumento de los niveles de glucosa en sangre, esto puede ser consecuencia de un ejercicio de gran intensidad, probablemente debido a los efectos de las hormonas. Cuando una persona hace un ejercicio que para ella es de un alto grado de intensidad, existe un incremento de las hormonas superior al normal. Como resultado, la liberación de glucosa almacenada en el hígado supera al aumento de utilización.
Los valores elevados de glucemia también pueden prolongarse hasta la fase postejercicio.
Recomendaciones para el ejercicio
Debe aconsejarse a los adultos con diabetes que realicen al menos 150 min/semana de actividad física aerobia de intensidad moderada (del 50 al 70% de la frecuencia cardíaca máxima), o al menos 90 min/semana de ejercicio aerobio enérgico (más del 70% de la frecuencia cardíaca máxima), repartidos al menos en 3 días/semana, sin más de 2 días consecutivos sin actividad física.
En ausencia de contraindicaciones, debe estimularse a los adultos con diabetes a realizar ejercicios de resistencia al menos dos veces a la semana, y cada sesión consistirá al menos en un conjunto de cinco o más ejercicios diferentes incluyendo grandes grupos musculares. En adultos con DMT2, existe un beneficio añadido al combinar el entrenamiento aerobio y de resistencia.
En el caso de niños con diabetes o prediabetes, se recomienda involucrarse en al menos 60 min/día de actividad física (ADA, 2014b).