Durante mucho tiempo ha existido la discusión a cerca de los factores necesarios para obtener un abdomen plano, las sugerencias siempre van enfocadas a la realización de ejercicios abdominales o realizar un régimen alimenticio para definir los músculos abdominales. Afortunadamente en la actualidad se cuentan con investigaciones científicas que arrojan pruebas que nos pueden orientar a resolver la duda acerca de si el abdomen definido se obtiene por ejercicio o por alimentación.
ENTRENAMIENTO DE MÚSCULOS DEL ABDOMEN
Existen múltiples formas y ejercicios para entrenar el abdomen, encontramos ejercicios con autocarga como:
Por otro lado, la literatura oriental plantea ejercicios de respiración y contracción isométrica mediante asanas u otras posturas que permiten también un desarrollo de la fuerza.
Otra posibilidad, es realizar ejercicios utilizando elementos que ayuden a aumentar la intensidad en el ejercicio como:
Por último, es posible trabajar los abdominales utilizando máquinas especializadas que se encuentran en gimnasios generalmente como:
Por lo que sabemos de acuerdo con investigaciones, el abdomen se debe trabajar con un mínimo de 3 sesiones a la semana en las que se realizarán 3 series, de 25-30 repeticiones en promedio y con un descanso de 30 segundos, entre cada serie.
NUTRICIÓN
Si se consumen más calorías de las necesarias, este exceso se convertirá en triglicéridos, los cuales serán transportados y almacenados en células grasas para luego convertirse en el tejido adiposo que podemos observar bajo la piel y que se encuentra más comúnmente en el abdomen o las caderas.
Por lo tanto es importante la implementación de una alimentación adecuada como medio de prevención y disminución de la obesidad y la acumulación de grasa, como lo pueden ser las dietas bajas en calorías, y otros tipos de dietas que favorecen los procesos de pérdida de peso.
EJERCICIO AERÓBICO
Encontramos 2 tipos de tejidos grasos, la grasa subcutánea que se encuentra bajo la piel y la grasa visceral que es más interna y es asociada con los desórdenes metabólicos y enfermedades cardiovasculares. Para contribuir a esta disminución de ambos tipos de grasa tenemos al ejercicio aeróbico, el cual en múltiples estudios ha demostrado resultados en la reducción de la grasa total y la grasa visceral en el organismo.
Dentro de los ejercicios considerados aeróbicos encontramos a los siguientes:
Fuente:
Benjamín Stucky, L., Sanabria Triana, A. F., & Ernesto Avella, R. (2018). ANÁLISIS DEL ENTRENAMIENTO ABDOMINAL EN FUNCIÓN DEL FORTALECIMIENTO Y DEFINICIÓN MUSCULAR. Revista Digital: Actividad Física Y Deporte.
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