Lecitina es un término genérico para designar sustancias grasas de color amarillo marronáceas, que puede encontrarse en todos los alimentos que contienen colesterol; abunda en el pescado y posee un elevado aporte calórico, por lo que se utiliza en pocas cantidades, aunque el cuerpo también puede sintetizarla.
Se aisló por primera vez en 1846 por el químico y farmacéutico francés Theodore Gobley, quien en 1850 nombró a la fosfatidilcolina como lecitina y aisló originalmente la lecitina de la yema de huevo. Posteriormente en 1952 se descubrió que favorecía la cura de lesiones cerebrales y actualmente se utiliza con gran efectividad en problemas cardiovasculares y del sistema nervioso.
Propiedades de la lecitina
Una de las cualidades más importantes de la lecitina es su poder de aportar ácidos grasos muy saludables, como el linoleico y el linolénico, además de inositol, colina y fósforo.
Se sabe que todos estos componentes de la lecitina contribuyen a mejorar el perfil lipídico en sangre y previene el desarrollo de hígado graso; condición grave, vinculada con mayor riesgo metabólico y cardiovascular
La lecitina forma lipoproteínas de transporte de grasas, lo que la capacita para reducir los niveles de colesterol en sangre. Recientemente se descubrió que una dosis de 500 mg de lecitina mejora el colesterol en sólo 2 meses; por lo que se estima que acelera y mejora el metabolismo graso al reducir el exceso de colesterol LDL (dañino) y promover en el hígado la síntesis de una gran cantidad de colesterol HDL (beneficioso)
Efectos sobre el sistema nervioso central
Estudios realizados con suplementos de lecitina de soya demostraron que estos son efectivos para reducir el estrés, mejorar la memoria, la motilidad y la cognición; así como también para disminuir la neurodegeneración en pacientes con enfermedad de Alzheimer y restablecer los parámetros asociados con la concentración en humanos y animales.
Efecto sobre el sistema inmune
Respecto al desarrollo de procesos inflamatorios, se ha demostrado la eficacia de los fosfolípidos derivados de la soya para reducir los síntomas de artritis reumatoide, ya que interviene en los procesos de formación de las sustancias que causan la inflamación.
¿Qué cantidad de lecitina se debe de consumir?
La lecitina de soya es bien tolerada y así lo demuestran las diversas investigaciones, las cuales indican que carece de toxicidad siempre y cuando se consuma en el rango mencionado. Se conocen pocas interacciones con este producto y una de las más importantes se deriva de su efecto al incrementar la agregación plaquetaria.
En dosis elevadas puede causar dolor abdominal, diarreas por su efecto laxante, sudoración, vómitos y pérdida de peso. No contiene gluten, por lo que puede ser consumida por personas con enfermedad celíaca; sólo está contraindicada en quienes presentan alergia a la soya o a alguno de sus componentes. No se recomienda durante el embarazo y la lactancia, dado por los pocos estudios que avalan su uso.