El trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH) a menudo comienza en la niñez, sin embargo, puede continuar en una edad adulta. El TDAH se diagnostica más a menudo en niños que en niñas.
¿Cuáles son los síntomas?
No ser capaz de concentrarse (desatención o falta de atención)
Ser extremadamente activo (hiperactividad)
No ser capaz de controlar el comportamiento (impulsividad)
Como padres de familia ¿qué decimos?
- Parece como si siempre está soñando despierto. Nunca responde cuando le hablo. Me pregunto si me escucha”.
- “Lo pierde todo. He tenido que comprar cuatro luncheras nuevas desde que la escuela empezó”.
- “Le pido que suba a su habitación y se vista y diez minutos después lo encuentro jugando con sus juguetes con sólo la camisa puesta”.
- “No puede recordar lo que aprende porque pierde instrucciones y explicaciones en la escuela. Aunque trabajamos tanto en su trabajo escolar en las noches, al día siguiente ya se le olvidó todo”.
- “Un maestro le dijo ‘que anda en la luna’ y otro le dijo ‘hace cosas inesperadas’ ”.
¿Existe un tratamiento?
Un plan de tratamiento individualizado y multidisciplinar para un niño con TDAH y su familia casi siempre debe incluir 3 aspectos fundamentales:
- Entrenamiento a los padres: – Psicoedución sobre el TDAH. – Entrenamiento en técnicas de manejo conductual del niño.
- Intervención a niveles académico y escolar: – En el colegio. – En casa.
- Medicación específica para el TDAH.
El uso de medicación debe ser una parte del plan de tratamiento inicial en la mayoría de los niños en edad escolar y adolescentes con TDAH. Esta recomendación da por supuesto que el médico tratante se ha asegurado del diagnóstico.
El TDAH origina una pobre calidad de vida para quien lo padece y para quienes lo rodean si no son atendidos adecuadamente, realizar una temprana detección y disponer de las medidas necesarias individualizadas es lo ideal para el niño y las personas de su entorno.