El cáncer de próstata es una neoplasia hormono-dependiente que constituye la segunda causa de muerte en el hombre a nivel mundial y ocupa el quinto lugar de las causas por esta afección, con un estimado de 330 000 casos nuevos por años en el mundo. Antes de los 50 años esta enfermedad no es frecuente, rara vez se presenta antes de los 45 y su prevalencia se incrementa a partir de la quinta década de la vida.
Uno de los síntomas previos a la aparición del cáncer de próstata es la presencia de la Hiperplasia Prostática Benigna, que de tratarse adecuadamente puede evitar que se desarrolle el cáncer en esta glándula.
Principales síntomas
La mayoría de los pacientes con esta neoplasia en etapas tempranas son asintomáticos. La presencia de síntomas sugiere enfermedad con avance local o metástasis y estos son: irritativos u obstructivos, afectando sobre todo la micción; esto se debe al crecimiento local del tumor en la uretra o el cuello de la vejiga.
¿Cómo descubro el Cáncer de Próstata?
- Por un examen rutinario o por medio de pruebas de detección. Las pruebas más comunes son el examen rectal digital y un análisis de sangre llamado antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés).
- Examen Rectal Digital
- El médico o enfermera Palpa la próstata con un dedo a través de la pared del recto. La finalidad es revisar la forma de la próstata y buscar bultos o zonas duras.
- Análisis PSA en sangre. Es una proteína elaborada por la próstata, indica la cantidad de PSA en sangre. En muchos casos de cáncer la cantidad de PSA es mayor de lo normal o ha aumentado con el tiempo.
Cuando ambos estudios resultan anormales se recomienda una biopsia.
En la biopsia, se extraen fragmentos minúsculos de próstata para detectar células cancerígenas.
El tratamiento del cáncer de próstata suele depender de la etapa en la que se encuentra la afección. Esto se determina sabiendo cuán rápido el cáncer está creciendo y cuán diferente se ve el tejido alrededor de la glándula. Los hombres con este tipo de cáncer tienen varias opciones de tratamiento. El mejor para una persona puede no ser el mejor para otra. Estas opciones pueden incluir solo una observación cuidadosa y vigilancia médica sin tratamiento, cirugía, radioterapia, terapia hormonal y quimioterapia. También puede ser una combinación de estas.
Redactado por:
Lic.Nut.Leticia Correa Alcocer