A pesar de la creencia generalizada de que el deporte de alto rendimiento es perjudicial para la salud, algunos estudios científicos y epidemiológicos realizados parecen demostrar lo contrario.
Hace unos años el demógrafo Louis I. Dublín realizó una exhaustiva revisión de casi cinco mil deportistas universitarios (jugadores de béisbol, fútbol americano y atletas) y estudiantes de 10 universidades americanas.
En 1928 se atrevió a afirmar que “los deportistas parecían mostrar un perfil de longevidad más favorable”.
Evidencias
Hoy en día, existen un buen número de evidencias científicas que muestran cómo los deportistas presentan una hipertrofia del ventrículo izquierdo, un aumento considerable de su diámetro interno con un incremento proporcional de las paredes musculares de este ventrículo del corazón.
El mejor ejemplo de esta adaptación lo representan los ciclistas profesionales. Con la práctica frecuente de deporte, el organismo sufre modificaciones.
- Como el adelgazamiento
- La generación de musculatura en las partes del cuerpo que más soportan el esfuerzo (brazos, músculos de las piernas, etc.).
Pero, además, cuando regularmente se realiza práctica deportiva, en el músculo cardíaco también se producen modificaciones y adaptaciones.
- Una de las más importantes es el descenso de la frecuencia cardíaca (pulsaciones del corazón por minuto) en reposo y también durante el ejercicio físico.
- Otra relevante adaptación que se produce en el corazón cuando se realiza un entrenamiento aeróbico regular es un alargamiento de la fibra muscular cardíaca, lo que genera un aumento de las cavidades cardíacas denominado cardiomegalia.
La consecuencia del crecimiento del tamaño de las cavidades cardíacas es que en cada bombeo de sangre el volumen es mayor y, por consiguiente, también la cantidad de oxígeno que transporta la sangre.
Efectos del entrenamiento en el corazón
- Aumento de la cavidad cardíaca: el corazón recibe e impulsa más sangre
- Fortalecimiento y aumento del grosor de miocardio: el corazón impulsa más sangre
- Disminución de la frecuencia cardíaca: el corazón descansa más en cada sístole
- Incremento de la cantidad de hematíes: se transporta más oxígeno y nutrientes
- Crecimiento de la capacidad pulmonar: respiración más eficaz
- Disminución del peso corporal: se reduce la grasa
Sedentarismo
Está demostrada la asociación del sedentarismo con un mayor número de enfermedades crónicas y degenerativas
- Sobrepeso
- Obesidad
- Intolerancia a la glucosa
- Alteraciones lipídicas
- Hipertensión arterial
- Enfermedades arterioscleróticas y sus consecuencias.
Por el contrario, aquellos individuos que mantienen o adoptan un estilo de vida físicamente más activo previenen o retardan la aparición de esas patologías.
Mejoras en el estado de salud.
Existen trabajos que demuestran que hacer ejercicio tiene un efecto positivo en la reducción de los niveles de colesterol malo o de baja densidad (en inglés, el llamado LDL, low-density lipoproteins) y en el descenso de la presión arterial.
También datos que demuestran la relación inversa entre la actividad física y la hipertensión arterial pero este efecto beneficioso del ejercicio físico sobre la tensión arterial es independiente de la pérdida de peso.
El ejercicio físico reduce la actividad simpatoadrenérgica, disminuyendo así la concentración plasmática de norepinefrina y aumentando los niveles plasmáticos de otros agentes vasodilatadores, que conducen al descenso de la presión arterial.